miércoles, 5 de octubre de 2011

El decir de la hortelana







Qué bueno es tener su huerta
para estar alimentados
sin temer que en agregados
nos llegue la muerte cierta.
A diario llega un alerta
sobre níquel y fosfatos
y que la piel de zapatos
de vacas malabaristas
hacen daño a los artistas,
pues pintan más garabatos.

También dicen ciertos datos
tomados de enciclopedias
que en teatro las tragedias
mezclan alcohol y cianatos.
Eso sí, con silicatos
no tienen mayor problema
pues si causan eritema
éste no llega a ser sarna
y con agua se descarna
sin daño al ecosistema.

Por último, en este esquema
donde el eco no hace ruido,
escuchamos el bramido
del rayo y del anatema.
Luego aparece un ulema
con su docto recetario
y con enema de bario
resuelve al fin la ecuación:
el colon, por situación,
no se reseña en anuario.

Así vemos que lo agrario
con la química se junta
y si el hortero no enyunta
lo tildan de cavernario.
Mas el tema no es dietario,
sino de que el alimento
no debe ser instrumento
de lucro desaforado
y el futuro hipotecado
sin razón ni fundamento.