El Dios del Tiempo no espera
a que se aplaquen las aguas
para subir las enaguas
de la lunita lunera.
La noche se desespera
porque el día la persigue
y éste, que no consigue
que se detenga el reloj
en una esfera de boj
deja marcas y prosigue.
a que se aplaquen las aguas
para subir las enaguas
de la lunita lunera.
La noche se desespera
porque el día la persigue
y éste, que no consigue
que se detenga el reloj
en una esfera de boj
deja marcas y prosigue.
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