martes, 16 de septiembre de 2008

Mi Vieja Habana





Este pequeño homenaje a la ciudad que me vió nacer, simbolizada casi universalmente por el Castillo de los Santos Tres Reyes Magos del Morro, coincidió con su cumpleaños 482, el 16 de noviembre de 2001. El Morro, guardián ciclópeo de la ciudad, guarda en sus piedras a un duende que sabe muchas historias...y el retumbo de un cañón nocturno que todavía se escucha a 90 millas en el recuerdo de los habaneros.





Prisionera de un duende encerrado en un faro
que vigila perenne su romance de mar
serenatas... historias... recovecos de luna...
trasnochadas memorias que engalanan su andar

Malecón que soporta los embates del tiempo
afincado en las rocas que defienden su lar
empedradas callejas y broncíneas figuras
repicar de campanas de su gran Catedral.

Mis recuerdos se funden entre caras amigas
Caballero de Francia... bullanguero solar...
bodeguita bohemia...un pregón... una esquina...

con balcones abiertos y llovizna de sal
que danzó por las calles de una dama cautiva
prisionera de un duende... una historia... y un mar

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